¿QUIENES SOMOS?
Somos la IE. pública Nº 14093 “Abraham Ruiz Nunura”, brindamos educación a niños(as) y adolescentes del centro poblado Letira - Becara. Nuestros estudiantes rovienen de familias dedicadas a la pesca y la agricultura principalmente y se caracterizan por su costumbrismo y fervor religioso. Nos localizamos en el distrito de Vice, provincia de Sechura, departamento de Piura.
MISIÓN.
Lograr que todas y todos los estudiantes culminen la Educación Básica Regular, afiancen los aprendizajes establecidos en el Currículo Nacional y alcancen su desarrollo integral en espacios seguros, inclusivos, de sana convivencia y libres de violencia.
VISIÓN.
(Al 2024) Somos reconocidos como una IE. que contribuye a que todos nuestros estudiantes desarrollen su potencial desde la primera infancia, accedan al mundo letrado, resuelvan problemas, practiquen valores, aprendan de manera autónoma, se asuman ciudadanos con derechos y responsabilidades y aporten al desarrollo de su comunidad y del país combinando su capital cultural y natural con los avances mundiales, en concordancia con el perfil de egreso del CNEB.
El 30 de agosto de 1917, una escuela construida de adobe empezó a funcionar educando a los niños y niñas de los pueblos de Letirá y Becará, estaba ubicada al costado de la hoy capilla “Tres de Mayo”, lugar que divide geográficamente a estos dos pueblos.
Su primer director fue el profesor Abraham Ruiz Nunura, natural del caserío de Chalaco, quien según su historia lo cataloga como un destacado educador de aquella época. Con el transcurrir del tiempo ambos pueblos decidieron tener sus propias escuelas, una para mujeres a cargo de la profesora Victoria Curo Bernuy, natural de Sechura y la otra escuela de varones a cargo del profesor Miguel Quezada Chunga, natural del distrito de Vice; según cuentan los ex estudiantes que en aquel tiempo se estudiaba en dos turnos; mañana y tarde en ambas escuela
Posteriormente por mutuo acuerdo de sus directores decidieron fusionarse con la finalidad de unificar a los padres de familia, estudiantes, profesores y se logra la nueva escuela a cargo del director profesor Neftalí Ramírez Seminario con el nuevo nombre de “Abraham Ruiz Nunura” en memoria de aquel primer director que tuvo el pueblo de Letirá; luego con el tiempo asume el cargo de director el profesor Luis Antonio García Benites (QEPD), quien pasó muchos años de su vida en la dirección de esta Institución Educativa.
Hacia el año 1997, esta I.E. solo brindaba atención en el nivel primario, su local funcionaba en la parte céntrica de Letirá y los estudiantes que culminaron sus estudios primarios no podían continuar sus estudios secundarios porque no había dicho nivel y más bien optan los padres por enviarlos a la pesca.
En el año 1998, cuando nuestro país, especialmente nuestra región sufría las consecuencias del fenómeno del niño, viendo que muchos estudiantes que culminaron sus estudios primarios no tenían dónde estudiar, se reúnen diversas personas entre ellas las autoridades de aquel entonces como el Señor Betto Freddy Panta Eca (Teniente Gobernador de aquel entonces), el señor Carmen Eche Panta (Agente Municipal) el profesor Antonio García Benites, padres de familia y personas notables, con la finalidad de gestionar el funcionamiento del nivel secundario logrando ser anexo del colegio San Jacinto de Vice, que gracias al grandioso apoyo de su director, profesor José Saúl Zapata Bayona, se pudo lograr este anhelado proyecto.
Este nivel empezó a funcionar con 24 estudiantes (varones y mujeres). Es importante mencionar el aporte valioso del ex-alcalde de Vice, Doctor Armando Arévalo Zeta quien apoyó con profesores.
En el año 1999, con el deseo de tener un colegio secundario propio se empiezan a realizar las gestiones ante la Dirección Regional de Educación de Piura pidiendo el funcionamiento de una propia I.E. en la misma localidad, gracias a las personas gestoras como don Santos Panta Álvarez, Sra. Juana Panta Panta, Hilario Ruiz Panta, Leonard Panta Panta y otros ciudadanos, se logró fusionar los tres niveles educativos Inicial, Primaria y Secundaria, cabe indicar que también existía el CEI N° 075 a cargo de la profesora Olga Heredia Chiroque. Es así que el 25 de Julio del 2000, mediante RDR N° 2458 se fusionan los tres niveles en uno solo con el nombre actual de I.E. N° 14093 “Abraham Ruiz Nunura”.
Después del deceso del notable docente Luis Antonio García Benites, quien impulsó la construcción de la infraestructura que hoy permite brindar educación en los niveles de educación inicial, primaria y secundaria en un moderno local a mil cuatrocientos cuatro estudiantes, asume encargatura de Dirección la profesora Rumiche Galán María Francisca posteriormente el profesor Verdeguer Correa Tomas Enrique.
A partir de marzo del 2015, hasta febrero del 2016 asume el cargo de Director designado el Magisterio José Luis Herrera Montero en virtud al Concurso Público de Acceso a Cargos de Director y Subdirector de Instituciones Educativas Públicas, bajo su gestión se dio inicio a la atención en el nivel secundario de Jornada Escolar Completa incrementándose el personal tanto docente y administrativo, en el nivel inicial y primario, también se gestionó docentes, mejorando el servicio notablemente gracias al compromiso mostrado por los docentes, padres de familia y autoridades.
En el año 2017 y 2018 asumen la Dirección por encargatura el Prof. José Segundo Zeta Chavesta y Prof. Tomas Enrique Verdeguer Correa respectivamente.
Actualmente cumple funciones de Director designado el Prof José Luis Herrera Montero y se brinda servicio en los niveles de educación inicial a 266 estudiante a cargo de 11 maestras jardineras, en el nivel primario a 711 estudiantes en 24 secciones y a cargo de 27 maestros. En el nivel secundaria se atiende a 427 adolescentes en 14 secciones a cargo de 26 docentes, en este nivel se encuentra laborando desde fines del 2016 en el cargo de Subdirector, el Prof. Juan Francisco Castillo Santur, quienes vienen liderando el trabajo técnico pedagógico y la implementación de proyectos productivos y de innovación.
Que inspira una educación promotora de los valores de paz, solidaridad, justicia, libertad, honestidad, tolerancia, responsabilidad, trabajo, verdad y pleno respeto a las normas de convivencia; que fortalece la conciencia moral individual y hace posible una sociedad basada en el ejercicio permanente de la responsabilidad ciudadana.
Que garantiza a todos iguales oportunidades de acceso, permanencia y trato en un sistema educativo de calidad.
Que incorpora a las personas con discapacidad, grupos sociales excluidos, marginados y vulnerables, especialmente en el ámbito rural, sin distinción de etnia, religión, sexo u otra causa de discriminación, contribuyendo así a la eliminación de la pobreza, la exclusión y las desigualdades.
Que asegura condiciones adecuadas para una educación integral, pertinente, abierta, flexible y permanente.
Que promueve el respeto irrestricto a los derechos humanos, la libertad de conciencia, pensamiento y opinión, el ejercicio pleno de la ciudadanía y el reconocimiento de la voluntad popular; y que contribuye a la tolerancia mutua en las relaciones entre las personas y entre mayorías y minorías así como al fortalecimiento del Estado de Derecho.
Que asume como riqueza la diversidad cultural, étnica y lingüística del país, y encuentra en el reconocimiento y respeto a las diferencias, así como en el mutuo conocimiento y actitud de aprendizaje del otro, sustento para la convivencia armónica y el intercambio entre las diversas culturas del mundo.
Que motiva el respeto, cuidado y conservación del entorno natural como garantía para el desenvolvimiento de la vida.
Que promueven la producción de nuevos conocimientos en todos los campos del saber, el arte y la cultura.
El reconocimiento es un tendón psíquico que nos valida con nuestros grupos de referencia y que, a su vez, nos dignifica como personas.
Porque reconocer a alguien es visibilizar. Es darle presencia, es permitirle «ser», «estar» y crearse a sí mismo en libertad. Es apreciar a alguien por lo que es confiriéndole un afecto que impulsa el crecimiento personal, pero que no coarta ni invalida. El reconocimiento genera auto-aceptación para que, de algún modo, podamos también fortalecer aún más el músculo de nuestra autoestima.
Se denomina respeto a una actitud de valoración que se mantiene hacia una cosa o persona. Así, es posible hablar del respeto a las instituciones, a la memoria, a la familia, etc. El respeto guarda estrecha vinculación con una actitud de reconocimiento hacia lo que ese algo o persona representan. El respeto es una cualidad en una persona cuando esta hace una justa valoración de los demás, aunque en ocasiones es posible caer en una actitud de excesiva ponderación que carece de realismo.
Es importante señalar que en ocasiones se confunde este valor con el del miedo. En efecto, existe un dicho que establece que hay dos formas de respeto, la admiración y el miedo. No obstante, el respeto debe tomarse como un reconocimiento al valor que una persona o cosa tiene independientemente de que se caiga en cualquiera de las actitudes mencionadas. Es no obstante una consideración que se encuentra muy difundida y que guarda relación con muchas demandas erróneas con respecto al prójimo.
La responsabilidad se trata de un concepto sumamente amplio que mantiene una estrecha relación con el hecho de asumir todas aquellas consecuencias generadas tras un acto que fue realizado de manera consciente e intencionada.
La responsabilidad suele ser considerada como uno de los principios humanos más significativos ya que, mediante la capacidad humana que habilita a una persona poder elegir frente a las circunstancias que la vida presente, uno opta por la forma en que va actuar y relacionarse con el otro. Esto sucede a partir de la voluntad que es libre, se decide si se asumen las consecuencias o no de todos los actos que haga. Es por esto, que claro está que una persona responsable es aquella que tras la realización de una acción consciente acepta las consecuencias que puedan derivar de la misma pues, la responsabilidad es una virtud que se encuentra en todo ser que posea libertad.
Siguiendo con la misma línea de pensamiento, es importante resaltar que para que la responsabilidad se halle en una persona se debe hablar de un individuo que posea razón. De esta manera, quien carece de la misma, como lo es el caso de un niño o una persona desequilibrada no pueden ser considerados responsables de sus actos ya que, ellos actuaron sin ser conscientes de las consecuencias.
La solidaridad es un valor por excelencia que se caracteriza por la colaboración mutua que existe entre los individuos, lo que sin duda permite lograr la superación de los más terribles desastres, como guerras, pestes, enfermedades, entre otros, aplicarlo también con nuestros familiares, amigos y/o conocidos que se encuentren en situaciones difíciles y con la ayuda recibida permita salir adelante y mejorar en cierto modo la situación.
La solidaridad entre los seres vivos permite resistir las adversidades que se presenta a lo largo de la vida. La persona solidaria no duda en colaborar y apoyar a todos aquellos individuos que se encuentran en situaciones desfavorecidas, lo que permite distinguirse de las personas indiferentes, egoístas ante sus compañeros.
Es importante fomentar la solidaridad desde la infancia ya que puede ser vista como la base de otros valores humanos que logra desarrollar valiosas relaciones de amistad, familiares y/o sociales basadas en la ayuda, apoyo, respeto y tolerancia.
Con respecto a la pertinencia e importancia que tiene dentro de una sociedad el Amor, algunos Psicólogos han señalado que la presencia de este sentimiento dentro de los humanos, que conforman un grupo o comunidad garantiza un ambiente de solidaridad, fraternidad, paz y cooperación, lo cual se traduce en el beneficio de todos los miembros, así como el emprendimiento y obtención de grandes logros.
Lograr niveles óptimos de aprendizajes y de calidad en igualdad de condiciones, para que nuestros estudiantes puedan desenvolverse con facilidad, en el mundo globalizado y cambiante.
Garantizar la permanencia y la culminación oportuna de la educación básica de las y los estudiantes de la IE según los factores de riesgo de deserción escolar identificados.
Promover la práctica de hábitos de higiene personal y familiar para mejorar las condiciones de salud y vida de la población.
Mejorar las condiciones de infraestructura, equipamiento tecnológico y científico, el uso adecuado de bibliotecas y laboratorios, para facilitar el desarrollo de los procesos de aprendizaje de los y las estudiantes.
Desarrollar la educación ambiental y de gestión de riesgo y desastres, constituida sobre una comprensión integrada y sistémica del ambiente, generando una conciencia social y una ciudadanía social responsable, crítica y proactiva.
Fomentar la reflexión sobre la práctica pedagógica y la apropiación de los desempeños que caracterizan la profesión con recursos y competencias para el desarrollo de procesos de enseñanza y aprendizaje de calidad.
Garantizar una gestión educativa eficiente, democrática, transparente y que responda a las demandas educativas con énfasis en el liderazgo pedagógico, para potenciar mejores aprendizajes.
Fomentar la convivencia escolar a través de espacios de reflexión y de práctica de valores que propicien el desarrollo integral y la buena convivencia.
Promover la participación democrática de los actores educativos en la gestión escolar y brindar un buen clima institucional, para facilitar mejores condiciones de aprendizaje para los y las estudiantes.
Propiciar las condiciones necesarias para que las familias se comprometan con su rol formativo de manera autónoma y democrática.